Bonos Salud 2045

by | May 9, 2020

En tiempos de cuarentena, volví a leer un libro sobre Costa Rica, titulado “El espíritu del 48” en donde, luego de la victoria final, don Pepe se dirige al pueblo diciendo: “Costarricenses, el nombre de la estrella que nos guíe de ahora en adelante será el bienestar del mayor número”.

Luego de leer recientes informes del Barclays y PwC, Price, por los shocks externos como la baja de los ingresos petroleros, el coronavirus y la gran recesión económica que experimentará la economía real, así como menores ingresos internacionales por exportaciones tradicionales y no tradicionales, se estima que este año nuestro Producto Interno Bruto, PIB, decrecerá entre 7,85 % y 7,95 %. Según el Barclays, la deuda ecuatoriana bordeará el 70 % del PIB.

Como es de conocimiento público, el presupuesto del Estado fue elaborado con un precio de petróleo de $51/barril. Esta semana, el precio internacional se situó en $18 promedio, y el mercado de futuros de petróleo del NYMEX publicó en su página web precios de hasta $30/barril a fin de año. Por esta situación y por las menores recaudaciones tributarias para 2020, el informe de Barclays pronostica que el déficit fiscal primario (ingresos-egresos corrientes) sería 2,8 % y el déficit total 6,5 % del PIB, calculando que las necesidades de nuevo financiamiento podrían llegar a $12 000 millones, en su mayoría potencialmente financiado por multilaterales como el FMI.

Si consideramos el mencionado déficit fiscal primario, la mala calificación de los bonos soberanos por parte de las calificadoras de riesgo, la falta de ingresos petroleros y tributarios que afectan la liquidez del Estado, y la caída de la economía mundial, la deuda pública externa sería insostenible. Para los análisis macroeconómicos de países, los analistas –aparte del tema fiscal– toman en cuenta el nivel de ingresos por exportaciones, remesas internacionales e inversión extranjera directa (IED) y la reserva monetaria internacional (RMI). En años de altos precios petroleros, tuvimos un promedio de RMI de $5000 millones, pero actualmente es de $2000 millones.

En el mundo financiero para que un acreedor refinancie una obligación con un deudor de buena fe, este debe presentar –con transparencia– su real situación y flujo de caja, demostrando que el repago es viable, flexibilizando si es posible las condiciones con menor tasa de interés, gracia de capital y mayor plazo.

Como la deuda y su amortización serían insostenibles en el corto plazo, recomendamos que, al igual que cuando se emitieron bonos Brady y Globales, se gestione la cooperación del FMI con acreedores para una reestructuración de la deuda externa que considere la emisión de Bonos Salud 2045, que tengan gracia de pago de capital por 5 años, tasa de interés no mayor a 5 % anual y plazo de hasta 25 años. Estos nuevos bonos servirán para cancelar los bonos soberanos vigentes, cuyo saldo es de $18,9 mil millones, aprovechando los actuales descuentos entre 60 a 75 % de su valor nominal.

La filosofía para la emisión de estos bonos Salud es que, debido a que el país vive la más grave crisis económica de su historia, todo el ahorro financiero y de liquidez que se obtenga debe servir para: reestructurar la seguridad social, modernizar el sistema de salud pública haciéndolo más eficiente, pagar los atrasos pendientes a los hospitales privados; de la Junta de Beneficencia y a Solca. Así contaremos con suficientes recursos para atender la salud de los ecuatorianos ante cualquier nueva eventualidad y mejoraremos la liquidez en la economía real.

El Estado debe sincerar su presupuesto, ubicando el precio del petróleo en $25/barril; reducir agresivamente los gastos corrientes; renegociar los contratos leoninos con empresas de servicios petroleros; renegociar la deuda externa con empresas y gobierno chino; obtener financiamiento con multilaterales para combatir los efectos del coronavirus -como lo está solicitando Colombia al FMI-; atraer la Inversión Extranjera Directa –como lo han hecho El Salvador y Jamaica con proyectos de infraestructura para gas natural, con inversiones de $1000 millones–; y buscar posibles mecanismos de financiamiento por $3000 millones entre la Reserva Federal Americana FED y el Banco Central del Ecuador para incrementar la Reserva Monetaria Internacional, que financiarían un déficit de balanza de cuenta corriente.

Con transparencia en nuestras cuentas fiscales y de deuda pública, decisión de reestructurar la deuda externa e incremento de la liquidez monetaria, lograremos mejorar las condiciones macroeconómicas que permitan una buena atención de salud y la generación de empleo, buscando el bienestar para el mayor número de ecuatorianos. (O)